En este marco de acción, las agrupaciones de la sociedad civil, junto con el Departamento del Medio Ambiente de Quillota, comenzaron a realizar un diagnóstico del valor biológico y ecológico del humedal, con el objetivo de elaborar un informe para postularlo a la categoría de conservación ya mencionada. Con fecha 25 de junio de 2021, la Municipalidad de Quillota envía formulario de admisibilidad y solicitud para declaración por parte del Ministerio de Medio Ambiente y con fecha 14 de marzo de 2022, el MMA confirma la zona protegida como humedal urbano, con publicación en el Diario Oficial de La República.  A pesar de que la solicitud aunaba un espacio protegido de 371 hectáreas, la aprobación del MMA aprobó solo 234 ha efectivas.

Pese a haber alcanzado la figura de protección, las diversas organizaciones que participaron durante la solicitud han denunciado que el humedal se ve permanentemente afectado por la actividad de extracción de áridos dentro de sus límites. Esta permanencia de actividades, según informan integrantes de la organización “Mujeres y Ríos Libres”, ha creado accesos automovilísticos dentro de la caja del río para extraer áridos, dejando los caminos hechos para personas que van a botar basura, posibilitando la formación de vertederos que afectan la calidad de las aguas por productos lixiviados y por alteración directa en especies de flora y fauna que residen en el cuerpo de agua.